Mariana Enriquez: "El género de terror puede curar los temores de la infancia"

La escritora y periodista habla de su último libro. Los relatos deLos peligros de fumar en la cama abordan lo real sin anestesia.

Por: Gabriela Cabezón Cámara

LECTORA. "Creo que Silvina Ocampo escribía terror, dice Enriquez".

"El terror cura de cierta solemnidad. No solamente podés tocar temas muy densos sino que los podés escribir con cierta liviandad. El género te cobija en ese sentido. Yo me permito divertirme mucho, no me da miedo lo que escribo".
Debe tener razón la escritora y periodista Mariana Enriquez: la docena de cuentos de su tercer y, por ahora, último libro, Los peligros de fumar en la cama(Emecé), son fantásticos, son clásicos, tienen finales de esos que sorprenden: son ficción pura. Pero abordan lo real con una libertad enorme y sin anestesia.
Tratan temas duros, como los niños que faltan, como el miedo a la miseria, como las familias que condenan a uno de sus miembros, como los que fueron expulsados de sus casas para hacerle lugar al boom inmobiliario, como esos fetichismos que sólo se satisfacen con la aniquilación del amado. De esas realidades, sus cuentos indagan en lo que da miedo, lo que se trata de mantener oculto en la vida cotidiana pero palpita, habla, desea, desaparece y vuelve a aparecer y siempre habita los mismos espacios que nosotros.
¿Cómo nace una fascinación por el terror? "Leyendo", es la primera respuesta de Enriquez. Nombra muchos escritores de habla inglesa. Y, entre los nuestros, a "Silvina Ocampo, que es la escritora argentina que más me gusta y que para mí escribía terror. También los cuentos de Cortázar y algo de Bernardo Kordon". Sorpresa para cualquiera que haya cursado la primaria en este país: falta Horacio Quiroga. "Nunca me interesó, tal vez porque lo asociaba con la escuela. Me gustaba mucho La gallina degollada. Hoy sería imposible escribir algo así, es de una incorrección política extrema. Pero no me interesaba: naturaleza y espacio exterior no me interesan mucho en la literatura. Me gusta el terror más interno, más cotidiano".
¿Interno, siniestro y cotidiano? Enriquez nació y creció en la década del 70. ¿Realmente esa manera de abordar la realidad a través del miedo habrá empezado solamente con libros? Uno de sus cuentos, "Cuando hablábamos con los muertos", toca el doloroso tema de los desaparecidos, un tema horroso más allá de cualquier género.
"Ese material es francamente de historia de terror en todo sentido. Por la huella social, por la urgencia, por lo fantasmal, por la figura misma del desaparecido. Además, toda la ciudad está marcada secretamente por esta presencia: las fosas comunes abajo de autopistas, garages, plazas. Cualquier persona que haya vivido su infancia en esa época probablemente tiene la mitad de las neurosis que tiene por haber crecido en un clima de terror absoluto, con la paranoia reinante, con discursos absolutamente perversos. Sospecho que ése es el otro lugar del que saco sensaciones de terror para después escribirlas". Con un poco de suerte, a toda infancia le sigue una adolescencia. Enriquez tuvo esa suerte, pero no se acabó el horror. Llegó "la posdictadura: entre los primeros relatos de terror que leí están elNunca Más, las primeras notas que empezaron a salir en la revista La Semana, notas sobre el operativo de la Noche de los Lápices o sobre la Escuela de Mecánica de la Armada".
-Entonces, el terror cura?

A lo mejor sí, a lo mejor el género es un exorcismo de los terrores infantiles. Que todo el mundo tiene. Pero yo nací en el 73 y empecé a tener conciencia en el 76.

Enriquez Básico

Buenos Aires, 1973.

Es Licenciada en Comunicación Social (Universidad Nacional de La Plata)y periodista. Su primera novela Bajar es lo peor, fue publicada en 1994. También es autora de Cómo desaparecer completamente (2004). Sus cuentos aparecieron en las antologías La joven guardia, Una terraza propia e In fraganti.